jueves, 5 de marzo de 2009
Una partida sin un adiós
Una noche como cualquiera
se transformó en una noche como ninguna
el tiempo se detuvo, la tierra quedó muda
dejando al descubierto lo fragil del ser humano
ahora tu cuerpo, descanza el sueño eterno
y una fría roca encabeza tu lecho
miro al cielo con el corazón deshecho
porque nunca dijiste adios
Con la luna como testigo
juré nunca olvidarte...
y nunca te olvidaré...
porque serás eterno en mi memoria
Siempre viviras dentro de mí
Y aunque el cielo se desplome
y el viento azote mi cuerpo
siempre seguiré de pie
y con mi último aliento
gritaré que nunca se apagará tu luz
Pues fuiste mi guía y mi maestro
y el eco de tu voz todavía suena en mis oidos
junto a ese último latido
que te arrancó de mi lado...
(para vos, desde aquí a la eternidad)
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